martes, 31 de agosto de 2010

Aprender del Dolor...

[Queremos un mundo mejor... pero nosotros no nos ocupamos de ser mejores personas...
si cada día lo hiciéramos... solo un poco cada día ... quien sabe... contagiaríamos a nuestra pareja,
a nuestra familia, a nuestros hermanos, a nuestros vecinos... a otras ciudades a otras provincias...
a otros departamentos y un día a otros países y otros continentes...
y así un día... tendríamos un día un mundo mejor!]


Observemos a nuestro alrededor, el dolor y el sufrimiento, parecen llenarlo todo. Cada día más noticias abundan sobre los desastres naturales y los desastres humanos. Poco a poco la esperanza parece agonizar y la idea de que todo mejore se vuelve imposible... Son muy pocos aún los que están luchando activamente por cambiar las cosas y somos muchos los que estamos cruzados de brazos esperando que todo se solucione, sin hacer nada, justificándonos de mil y una maneras.

Es posible, que un día podamos nosotros ser más activos y cambiar el mundo como lo hacen los pioneros que están al frente de batalla... esos grandes hombres y mujeres que dedican cada día de su vida para preservar la justicia, la bondad, la belleza, la paz, la Humanidad... Pero aún estamos lejos.

Nos hemos creído tanto y tan bien la ley del más fuerte... sobre el débil, que pensando que somos fuertes dejamos que a los débiles del mundo se los explote, sin embargo... también somos débiles y se trata de cambiar eso, y se trata de cambiar el significado de esa ley de explotación... por otra de colaboración: SOLO LOS MÁS FUERTES... PODRÍAN AYUDAR A LOS MÁS DEBILES para ser TODOS mejores.

Y dónde está nuestra debilidad más grande?... ¿dónde la vida nos mide pulso?.... frente al DOLOR, no me refiero al dolor ajeno, que es tan grande que lo ignoramos... sino a nuestro dolor y sufrimiento cotidiano.

Unos momentos de la vida más que otros, nos hemos enfrentado a situaciones límite (límite por el hecho de creer que ya no podríamos continuar más), ó hemos pasado por pérdidas muy grandes como la muerte de un hijo/a, un esposo/a, una madre o un padre o los seres más queridos por nosotros, ó hemos estado en situaciones dónde la vida perdió todo su sentido por x razón, ó hemos enfermado, ó nos ha sucedido algo (sin importar el tamaño) por el cual conocimos el sufrimiento.

Y claro, ahí están los dolores grandes... pero también están los otros, los de cada día, nos sentimos "dolidos" por que alguien nos dijo algo que no esperamos, porque alguien no reconoció nuestro trabajo, porque no ganamos lo suficiente, porque no tenemos lo suficiente, porque no somos amados, porque estamos lejos de las personas que queremos, porque nadie nos comprende, porque estamos solos, etc., etc.,....y en fin la lista no terminaría. Nuestros sufrimientos son innumerables y nuestros dolores (en sus diferentes magnitudes) también lo son, y parecen no cesar, porque ni bien superamos uno ya viene otro... como una rueda que gira sin parar: la rueda del dolor.

Y como no se detiene, caemos una y otra vez en las lamentaciones, en la autocompasión, en la depresión, en la debilidad, sin fuerzas para ver adelante, sin fuerzas para levantarnos solos, pedimos ayuda a veces en silencio, a veces a Dios y a veces gritando! ¿por qué me pasa esto a mi? ¿cuándo acabará tanto dolor? ¿por qué sufro tanto? y entonces... nos sumimos en el mar de la tristeza, nos quedamos sin fuerzas, sin ganas de levantarnos, sin ganas de luchar, regamos con nuestras lágrimas nuestro día a día.. sin respuestas.

Tal vez no conozcamos las respuestas al porqué del Dolor que nos agobia. Tal vez conociéndolas, no las comprendamos. Y tal vez comprendiéndolas no las aceptemos ó nos sea difícil ponerlas en práctica.

Sin embargo, algo es claro, si la rueda sigue girando... tenemos que HACER ALGO al respecto!!! si el Dolor es inevitable, si una y otra vez vuelve disfrazado, más débil o más fuerte... más grande o más pequeño... lo única que nos queda es aceptarlo!

Podremos quizás hacer algo si nos acostumbramos a ver el DOLOR, como algo más objetivo que no está dentro de nosotros, sino que viene de afuera provocado por algo o por alguien.. (al menos esos dolores cotidianos), y aprender de ellos, a conocerlos, observar cómo nos afectan, cómo nos inmovilizan, cómo nos hacen entrar en la autocompasión y así... conociéndolos, tomar al menos un poco el control sobre ellos... al menos para que no nos convierta en personas más débiles y necesitados de ayuda.

Conocer el Dolor que llega, comprender su causa y sus efectos, comprender cómo viene y como se va, cómo re-nace, y cómo crea eco dentro de nosotros... puede que no nos solucione el problema, pero al menos, nos ayudará a ser un poco más fuertes cada vez más. Es posible aceptar el dolor y así volvernos más fuertes sin ser insensibles.

Hay mucha gente que sufre porque no tiene otra opción. Hay a quienes encuentran una forma de vida en sufrir y autocompadecerse, para recibir siempre consuelo; pero habemos otros muchos, que queremos ser un poco más libres de tremendo yugo, no se trata de ser indolentes, se trata de ser fuertes, se trata de aprender a luchar con nuestros propios dolores, de a los pequeños no darles tanta importancia, de cambiar los dolores egoístas por los dolores del mundo, de ser fuertes, un poco más fuertes cada día para ayudar a los demás.

Hoy en día, en este mes de agosto del año 2010... el mundo, nuestro planeta, está sumido en el dolor, en el sufrimiento.... las guerras se multiplican, los asesinatos y las violaciones, están al orden del día.... la injusticia reina, y parece que vivimos en una otra edad media...¿qué hacer?

NO RENDIRSE.... nosotros somos la esperanza del mundo.... cada día tenemos la oportunidad de ser mejores, de ser más fuertes... hay muchos que nos necesitan!!

ya es hora.

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